La oferta de prototipos y casas sostenibles alcanza unos niveles cada vez más exigentes.

Los cimientos: evitar el despilfarro gracias a medidas de arquitectura pasiva como el aislamiento.

Los edificios consumen el 40 por ciento de la energía final que gasta la Unión Europea y emiten el 36 por ciento de las emisiones contaminantes que se generan. Es por eso que Europa lleva ya meses perfilando una nueva directiva que garantice que todos los edificios nuevos tengan un rendimiento energético muy elevado (se ha llegado a hablar de cero emisiones) y que una parte de su consumo de energía proceda de fuentes renovables, aunque lo cierto es que las nuevas construcciones representan un porcentaje muy pequeño, sólo un 1 por ciento anual, según los datos facilitados por la organización conservacionista WWF.

A la espera de que a principios del año 2010 el Pleno del Parlamento Europeo la dé luz verde y de que los estados miembros comiencen a transponer la futura directiva, la oferta de prototipos y viviendas verdes está alcanzando unos niveles de sostenibilidad muy exigentes. Los cimientos: el ahorro energético obtenido gracias a las más diversas técnicas de aislamiento.

Un ejemplo de este tipo de medidas de arquitectura pasiva es la casa con la que la Universidad de Illinois ha quedado en segundo lugar en la competición internacional Solar Decathlon 2009, celebrada en Washington (Estados Unidos), y en la que han participado 20 equipos.

Diseño pasivo

La vivienda, que tanto recuerda a las casas de madera de las zonas rurales de Illinois (uno de los estados más agrícolas del país), ahorra un 90 por ciento de energía sólo en climatización, al consumir «el 10 por ciento de energía que requiere una casa convencional en calefacción y refrigeración», destaca David Wightman, profesor de Diseño Industrial de la citada universidad. El motivo: la vivienda ha sido diseñada con medidas de arquitectura pasiva.

«El equipo de trabajo ha hecho especial énfasis en el diseño de la pared, la infiltración de aire, el aislamiento, el tamaño y el tipo de la ventana, así como los aparatos (eléctricos y electrónicos) utilizados. También incorporamos el sombreado en las ventanas para permitir la flexibilidad en la ganancia de calor solar», precisa Joe Simon, coordinador del equipo de estudiantes.

Por ejemplo, la vivienda ganadora de la plata «ha sido aislada con espumas de 300 milímetros de grosor en las paredes y de 400 mm en el techo. Hemos revestido el exterior de la madera poniendo metal en el tejado», detalla David Wightman.

Para un menor consumo energético del hogar, «los electrodomésticos de la casa tienen todos ellos un elevado nivel de eficiencia energética y el alumbrado de la misma es por diodos emisores de luz (más conocidos como su abreviatura LEDs)», añade el profesor de Diseño Industrial. Estas luminarias consumen un 80 por ciento menos de energía que las bombillas incandescentes y duran más tiempo, 60.000 horas de vida útil frente a las 7.000 que resiste de media una luminaria tradicional.

De hecho, «la casa obtuvo el segundo lugar en iluminación, y el primero en la producción de agua caliente mediante un sistema llamado AirTap (un mecanismo que calienta el agua no por electricidad ni por gas, sino por el aire que lo rodea, actuando como una bomba de calor», destaca Mark Taylor, arquitecto de la Universidad de Illinois.

Con el fin de alcanzar un menor gasto energético, la vivienda, accesible para personas en silla de ruedas, tiene, según Simon, «40 paneles solares de 225 vatios cada uno de ellos». En total, la vivienda, en la que se ha tenido en cuenta hasta el más mínimo detalle, «está dotada de un sistema solar de nueve kilovatios de potencia», explica Taylor, De media, «producirá 12.000 kilovatios hora (kWh) al año, pues de hecho durante los 60 días que estuvo operando el sistema solar fotovoltaico de la vivienda antes de que tuviera lugar la competición en Washington produjo 2.000 kWh», añade el arquitecto.

«Al no tener capacidad de almacenamiento –prosigue Taylor–, se vende la energía sobrante a la red por el día y de noche (cuando la radiación solar es inexistente) se compra». ¿Cuánto? Ni el arquitecto ni los demás quieren precisar ni concretar un dato al respecto, «pero de media produce más de la que necesita», asegura Taylor. Precio de la vivienda: 300.000 dólares.

Rehabilitación
Pero éste es sólo un ejemplo de viviendas verdes que ahorran energía desde los cimientos (como los de la derecha). Un ejemplo de todo lo que puede ahorrar una casa nueva. Pero, ¿en cuánto se podría frenar el despilfarro energético de una ya existente?

La rehabilitación energética de una vivienda plurifamiliar ya construida podría conseguir ahorros energéticos de «entre el 72 y el 78 por ciento, según la zona climática en la que esté ubicado el edificio, gracias fundamentalmente al aislamiento térmico de fachada y cubierta y a la implantación de energía solar térmica». Así se desprende del informe «Por activa y por pasiva: Impulsar la edificación de alto rendimiento energético», elaborado por la Fundación Entorno y en el que han participado Acciona, Bancaja Habitat, Cemex, Ecofys, Endesa, Gamesa, Gas Natural, Holcim, Lutron, Ohl, Saint Gobain y Solvay. El plazo de retorno de las inversiones necesarias que se tuvieran que acometer estaría, según el estudio, entre 10 y 16 años considerando las actuales subvenciones (y si además se tiene en cuenta un incremento del 5 por ciento del precio energético, el sobrecoste para rehabilitar la vivienda con el fin de conseguir una calificación energética B precisaría de menos años: de siete a once).

Ahora bien, sólo queda que una comunidad de vecinos pueda asumir dicha obra a costa de su bolsillo (y sobre todo que se ponga de acuerdo en ello en estos tiempos difíciles que corren, así como en otros) o que una empresa de servicios energéticos cubriera el citado desembolso inicial. Algo esencial.

Sobre todo si se tiene en cuenta que el parque inmobiliario de España ya en 2008 superaba los 25 millones de viviendas y que un año antes, el uso doméstico de energía en nuestro país fue el responsable del 16 por ciento del consumo total nacional.

Ejemplos de arquitectura sostenible

Green Box, una casa que ahorra un 97% de energía sólo con medidas pasivas.

Green Box es un ejemplo de cómo evitar al máximo el despilfarro energético. La vivienda jardín ecológica ahorra un 97 por ciento de energía sólo con medidas pasivas. El resto, el tres por ciento de energía que consume la casa bioclimática diseñada por el arquitecto Luis de Garrido, se obtiene de la geotermia y del sol. Otro de los aspectos positivos es que esta vivienda prefabricada, reutilizable y transportable sólo cuesta la mitad de una casa convencional por metro cuadrado.

Un cubo solar que produce un 200% de la energía que requiere una vivienda

Un cubo de dos pisos y cubierto de paneles solares fotovoltaicos. Ése es el aspecto de la casa con la que la Universidad Técnica de Darmstadt ha ganado este año el concurso Solar Decathlon.

En total: 11,1 kilovatios de potencia solar instalada. Dotada de medidas de arquitectura pasivas, produce un 200 por ciento de la energía que precisa una vivienda.

Casa acordeón, una forma de reducir a la mitad el consumo energético

El prototipo que el Centro Universitario Ariel de Samaria (Israel) llevará a Madrid en el año 2010 para competir en el Solar Decathlon cambia de tamaño según las necesidades. Como si de un acordeón se tratara, la vivienda Stretch house reduce a la mitad el consumo energético sólo con hacerse pequeña. Y para que el gasto energético sea cero, está provista de sistemas pasivos, así como de paneles solares instalados en el tejado.

FUENTE: La Razon.es